Decálogo-deseo para un arte de la enseñanza (de las artes)

“A lo que podemos aspirar es a ser excelentes ancestros” (Laurie Anderson, The end of the Moon, 2006)

Cualquier enseñanza debería basarse en un principio evolutivo, según el cual cualquier estudiante es un ser más evolucionado que su profesor (que puede aspirar, en todo caso, a aprender algo de ese presente del estudiante que es ya sólo futuro para él); en un principio de complicidad interna a la comunidad de saber, como condición de posibilidad para cualquier efecto de transmisión; y en un principio de superfluidez, o innecesidad, basado en la aspiración que cualquier profesor debería tener para convertirse en inútil para el estudiante, lo que sucede cuando éste ha interiorizado los recursos que la enseñanza haría presentes.


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