mutismo. republicado

MUTISMO

Lo que nos hace enmudecer, más que la nostalgia de tiempos que no volverán, es la añoranza de un futuro que nunca alcanzaremos. Ya no somos gente, pueblo, comunidad. Ahora somos individualidades, particulares, individuos, ciudadanos. Las plazas se han acabado; no hay
lugar para el conflicto ni para la conformidad, cada cual tiene su religión, tiene su dios: él
mismo. Podemos participar en encuestas, dar nuestra opinión en la red, dejar comentarios
por aquí y por allá, no está mal para engordar las estadísticas; somos audiencia, y se pretende
hacer cultura con ese mismo modelo. Somos audiencia: al final somos personalidades consumidoras sin otro vínculo, sin solidaridad, tal como necesita el capital que seamos. Damos a nuestro trabajo lo mejor de nosotros mismos, le damos nuestros amigos, nuestros cerebros, nuestro tiempo. Y también el ocio es productivo: somos audiencia, leemos periódicos, vemos vídeos en la red, vamos al cine, nos ponemos delante del televisor. He ahí una hermosa paradoja: la gente que está en el desempleo siempre está trabajando. O buscando trabajo.
Deambulamos errantes, tenemos las raíces en los satélites y no hay tierra bajo nosotros, sólo el pavor a precipitarnos en cualquier momento. Carecemos de otros modelos. Pero ¿dónde poner las esperanzas? Hoy en día la dimisión del estado es total, hemos pagado las deudas privadas con dinero público. Y la capacidad de las instituciones públicas es escasa comparada con el capital. Las autoridades caminan sin rumbo, con el único objetivo de las siguientes elecciones. Y también caminan sin rumbo sus estructuras subordinadas (porque son subordinadas suyas). Y se ha impuesto el mutismo. Quien calla tiene capacidad de hablar.
Pero quien se queda mudo ¿puede hablar?

 

REPUBLICADO

Aunque no se ha publicado su esquela, Arteleku ha llegado a su fin. Lo ha hecho de manera desapercibida, probablemente, por haber sido larga su agonía. Ahora, Arteleku devendrá en otra cosa, en corazón del proyecto Tabakalera, y no será más Arteleku. Pero sacudámonos la nostalgia, pues nada sucede en vano y todo deja huella. Muchas de las reflexiones de Arteleku nos seguirán siendo útiles, tal vez hasta el día en el que el olvido cubra ese espacio que tan buena gente ha acogido, tanto en el propio Centro como a través de la revista Zehar. Pensamos que rebuscar en el pasado puede ser una buena manera de empezar a construir el futuro y, por ello, en este número hemos pretendido sacar de la oscuridad una serie de interesantes artículos para que vuelvan a brillar bajo la luz del día, como brillaron en algún momento de la historia de Arteleku.
Se trata de un ejercicio político, si se quiere, en la medida en la que el propio criterio selectivo ha sido político, pero lo cierto es que lo que hoy está realmente en juego es el propio concepto de lo público; y no solo en el ámbito de la cultura. ¿Qué es hoy de las formas de participación? Es la idea misma de una esfera pública y crítica la que está hoy cuestionada y en permanente transformación.
Por tanto, hemos querido recuperar y exponer en la plaza pública textos que inciden en esta preocupación, de manera que podamos advertir qué cosas han cambiado y cuáles no tanto. Las calles también han cambiado en estos años;
y las plazas, cómo no, ya no son lo que eran. En pocos años, han cambiado mucho los hábitos y modos de vida de la ciudadanía. Ahora somos más domésticos, y seguro que estamos también más domesticados. Hemos pedido a Gari Garaialde que fotografíe las plazas, para que reparemos de una manera diferente, a través de ellas, en una historia que vemos todos los días.
¿Qué es hoy de aquella res publica?


ZEHAR_68_EU_WEB.pdf — PDF document, 5028Kb
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