Forum 61, Eddie Prevost
1. Hay, claro está, un amplio y floreciente mercado en la música. La música clásica, la cultura pop, los géneros folk re-formulados, a menudo integrados (¿homogeneizados?) en “músicas del mundo”, y el jazz florecen en profusión vertiginosa y engañosa. Este fenómeno guiado por el mercado exige mantenimiento. Y hay una fuente rica de procedimientos educativos y formativos disponibles para proporcionar gran parte de la fuerza de trabajo artística/tecnocrática necesaria para la continuación de esa demanda dirigida por el mercado. De momento observamos que muchas escuelas de música reconocen abiertamente que imparten ese tipo de formación a fin de capacitar a sus alumnos para que puedan tener éxito en ese terreno de juego comercial sumamente competitivo. Muchas de las técnicas de formación instrumental tradicionales (es decir, clásicas) son apropiadas para esa tarea, aunque haya que modificarlas ligeramente a fin de adaptarse a las nuevas demandas. Y, por supuesto, la introducción de módulos de tecnología musical en las instituciones musicales es una señal más de en qué medida la “educación” musical está sometida al mercado.
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